$3.570
3 cuotas sin interés de $1.190
Ver más detalles
4 en stock
Medios de envío
Nuestros locales
Descripción

Federico Garcia Lorca
Bodas de sangre
Gradifco

Páginas: 95
Formato: 12 x 19 cm
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789875710764

Es la mañana de una boda. Leonardo es el primero en llegar a la casa de la novia y habla con ella, recordándole el pasado. Con este diálogo nos enteramos de que Leonardo y la joven se han amado antes, pero luego aquél se casó con otra mujer, prima de ella; sin embargo, en ambos ha quedado latente la primera pasión y él sigue asediándola con su deseo. La novia, llena de orgullo y despecho, ha aceptado un matrimonio que le significa liberación, pero no siente amor por el que será su esposo. El ambiente está cargado de funestos presentimientos a través de los recuerdos de la madre, mujer fuerte, posesiva, inflexible, que abomina y maldice por igual navajas, pistolas, escopetas, cuchillos y azadas, porque ella, luego de haber perdido en riñas a su marido y a un hijo, se dedica por entero al vástago sobreviviente -el novio-, muchacho honrado y trabajador, único que cuida de la viña familiar. Cuando los invitados están reunidos, todos parten para la iglesia del pueblo. Luego de la ceremonia nupcial y de regreso en la casa, la recién casada y su antiguo pretendiente huyen a caballo. El novio persigue a la pareja fugitiva. Cae la noche. La luna, desde arriba, contempla la huida y la persecución. Se producen el encuentro y el duelo entre los dos hombres, en el que ambos mueren. En el último acto, en casa de la madre, mientras la novia manifiesta con vehemencia su inevitable amor por Leonardo, pero también su inocencia y honradez, la madre del novio llora amargamente a su hijo. Al final de la obra, entre el llanto de las vecinas, que cumplen igual función que el coro en la antigua tragedia griega, madre y novia recitan alternativamente estrofas llenas de dramatismo y gran belleza lírica, donde se duelen del destino de las mujeres, encadenadas a la violencia que preside la vida de los hombres, en constante espera angustiosa de la muerte que, en cualquier momento y en un instante, los abate.