Osvaldo Mazal
Andrés vuelve o la risa bárbara
ConTexto de Rubén Duk
Páginas: 484
Formato: 22x15cm
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789877305135
ANDRÉS VUELVE O LA RISA BÁRBARA Un policial que se va escribiendo mientras los hechos suceden. Diego Pessoa construye esta novela para convencer a su anciana madre de que el género novelesco no está muerto. Para eso, junto al woodyallenesco detective Dashiell Caballero y su cerebral pareja, LaGata Christie, investiga el asesinato de su amigo Danilo, y otras muertes que aparecen al paso. En el camino van brotando diversas escrituras de las que Diego se apropia, y saltan a la superficie una inmensa instalación artístico-política y una historia de doscientos años de tradición anarquista, entremezclada con los fantasmas de José Gervasio Artigas, Horacio Quiroga, Macedonio Fernández y Andrés Bakunin. Y de Andresito Guacurarí, prócer máximo de Misiones, que vaga entre Siberia y Asunción. Desde allí vuelve al presente en estatuillas y estatuas proliferantes. A una provincia surcada por homeopáticos y buchones, artistas frenéticos y viejos torturadores, matusalenes babosos y espectros de teutones hitlerianos, bacantes y prostitutas, mientras la revolución parece una larva que empuja en las invisibles redes de los subsuelos. COLECCIÓN LA TIERRA SIN MAL ¿Quién de nosotros no ha leído, a lo largo de su vida, algún libro perteneciente a una colección literaria? Nuestra niñez, nuestra adolescencia y nuestra juventud; nuestros años de madurez, se han nutrido de esa experiencia bienhechora. El sentido de orden y continuidad queda reflejado en muchas de ellas: Robin Hood, El Séptimo Círculo, Biblioteca Personal de Jorge Luis Borges y tantas otras, fueron compañeras inseparables. La Tierra sin Mal no pretende otra cosa. Tomando como título el de aquel lugar privilegiado, indestructible, donde la tierra produce por sí misma sus frutos y donde no hay más muerte, ámbito mítico de la cultura guaraní, la colección aspira a reunir obras que reflejen la rica diversidad narrativa de las provincias del NEA y Santa Fe, y que constituyen, probablemente, lo mejor de nuestro acervo cultural. Juan Basterra